26 noviembre 2008

LOS NUEVOS INQUILINOS

Así se titula el cómic que enviamos Irene Mala y yo al X Certamen de Cómic de Las Rozas. Ha sido seleccionado para la exposición que se inauguró el pasado 24 y que permanecerá en la casa de la Juventud hasta el día 12.


05 noviembre 2008

And te winner is...



17 octubre 2008

Música animada

Y con eso no quiero decir «música joven ye-yé», no crean… Me refiero a algunos videoclips realizados con animación. Concretamente, vídeos de Madee y, particularmente, Kid Koala, que con eso de que le da al lápiz cosa fina, le cogió el gusto a darle formato visual a sus temas, para lo que no solo se ha servido de la animación; en el año 2003 publicó el libro
«Nufonia Must Fall», para el que grabó una banda sonora muy particular en la que dividía los temas para hacerlos coincidir con cada página. Tanto los catalanes como el DJ canadiense nos visitan estos días.












08 octubre 2008

DR. WHO presenta MÚSICA PARA CENAR

Durante todo el verano, en la Fábrica de Sombreros se celebraron diversas cenas con pinchas invitados para amenizar el convite. Es lo que se llamó Cenador Musical.
Así que a mí también me invitaron a pasar por allí una noche de julio. Sin embargo, pensé que sería más interesante crear algo diferente en casa, para dar ambiente, que poner la música en directo. Aquí dejo el resultado, para que se lo descargue quien quiera. La sesión incluye Mad Professor, Gudrun Gut, Theophilus Beckford, Arto Lindsay o Lali Puna.

¡Cene y triunfe! ¡Ascienda en la escala social! ¡Aumente su popularidad!
DR. WHO presenta MÚSICA PARA CENAR
(incluye instrucciones precisas para convertir su cena en un éxito).


Descarga de aquí.
O de aquí.


*la foto original es de Celia Macías, los cubiertos son de Irene Mala. Gracias.

02 octubre 2008

AMERICAN SPLENDOR – Otro día más, de Harvey Pekar

Hoy voy a hacer las paces con Harv.


Un par de entradas atrás me quedé con mal sabor. Entre estertores despertaba en mitad de la noche, sudoroso y apesadumbrado, con la imagen de Harvey Pekar al lado.

-¿Por qué me traes a tus pesadillas?
-No son pesadillas, me acabo de despertar entre estertores –le respondía.
-Sudoroso y apesadumbrado –apuntaba él.

Y allí terminaba todo. Efectivamente, era una de esas pesadillas en la que sueñas que te despiertas, pero en realidad sigues dormido. Aquello, como era de esperar, no gustaba nada a Harvey; primero, porque bastantes preocupaciones tiene él ya, y segundo, porque al ser requerido a mi vera, así, sin ningún permiso, le resultaba -cuando menos-, extraño, y ya es bastante aprensivo…

A lo que iba…, si dejé caer mi ira sobre el cómic de Macedonia, ahora tengo que romper una lanza a favor del artista, que con la edición en castellano de «American Splendor – Otro día más», vuelve a lo que mejor sabe hacer: hablar de sí mismo. Y en el mismo tono de siempre: apesadumbrado –como yo en el sueño-, quejica y molesto.

Si las aventuras americanas de Harvey solo habían visto la luz en nuestro país gracias a la recopilación de obras de Robert Crumb, ahora aparece un nuevo tomo titulado «Otro día más», bajo el que Pekar se reúne junto a algunos de los dibujantes más granados del panorama internacional, desde el maravilloso Glenn Fabry (¿quién se ha llevado su web!), hasta Ty Templeton, pasando por Eddie Campbell, Richard Corben o Dean Haspiel, con el que comparte más páginas, y con quien ya publicó «El derrotista». Cada uno de ellos dota las palabras de Harvey de una lírica personal que, más allá del derrotismo del que tanto alardea el guionista, logra encumbrarle como uno de los más grandes perdedores de todo Cleveland.


Haspiel (izda.), Fabry (dcha.).

De las historias de archivadores de sus antiguas historietas, Pekar pasa a mostrarse como un guionista que tiene que perseguir a sus editores para poder pagar las facturas, que no gusta de pasar más de unas horas fuera de la seguridad del hogar o que teme enfrentarse a la educación de su propia hija, todo ello envuelto de un clima de preocupación constante por absolutamente todo; bueno, hasta que su leal gato (creo que es Phoenix, la otra es una gata y se llama Phoebe) se le tumba en la barriga (lo único, aparte de una buena dosis de pastillas –y ni eso- que parece calmar al gruñón de Harvey). Pero la historia quizá sea lo de menos, porque absolutamente todo apesta a realidad, a costumbrismo. Y tal vez sea eso lo que la hace tan maravillosa, lo que provoca que el lector pueda emocionarse hasta el sollozo frente a una conversación de lo más banal, o durante la epopeya del váter atascado.

Guión original para «Our Cancer Year»,
de Harvey y Joyce Brabner
.

Diría que a Harvey Pekar le cuesta una barbaridad enfrentarse a un nuevo día. Y es por eso por lo que da tanta importancia a las cosas pequeñas.

¿Amigos?
Mañíficos y fagulosos (II): "ANTES QUE"

Encuentra las diferencias



Queísmo.

1. m. Gram. Empleo inapropiado de la conjunción «que» en lugar de la secuencia «de que»; p. ej., *A pesar que amanece.



Mientras que el dequeísmo parece asimilado por la sociedad, el queísmo suma y sigue. Cuando el emisor lanza el error sonoro, cabe la posibilidad de que el oyente esté a otra cosa y ni se entere (dicen que si el error no es escuchado, es que no ha sido emitido, o algo…), pero ¿y si el error se incluye en el título de una película? Ahora bien, ¿hay error gramatical en estos títulos? Aunque la regla parece afirmar que sí, no tardó en salir en defensa de la pureza lingüística el mismísimo Lázaro Carreter para sentar cátedra: la construcción de “Antes que anochezca” era correcta. En realidad, las dos son correctas. Y lo mismo para “Antes que el diablo sepa que has muerto”.

La reflexión aquí.


Se dice, se comenta, que el título de esta última iba a ser “Atraco al destino”. Al menos, nos habríamos ahorrado estas discusiones…

29 septiembre 2008

Mañíficos y fagulosos (I): "XQ NO TE CALLAS"

Recordando la generosa frase que regaló Su Majestad el Rey de España, a más de uno se le erizará el vello de la entrepierna. Mientras tanto, desde banderas hasta camisetas, pasando por bufandas la mar de monas… se ha comercializado con la dichosa exacerbación del monarca.

Desde hace menos tiempo, a otros se nos pone un nudo en la garganta cuando vislumbramos cómo una cadena de ámbito nacional pone como título de un programa el siguiente juego de palabras:


Así es, sin trampa ni cartón, como se dinamita la lengua española, poniendo, uniendo, haciendo y deshaciendo. Como redimirse es de sabios, en su página web, más allá de usar el título, escriben normalmente la expresión, pero el daño es ya irreparable. Ayns.


14 julio 2008

MACEDONIA, de Harvey Pekar y Heather Robertson



Hace unos días encontré una nueva librería (nueva para mí, quiero decir), cuando cotilleando en su interior vi el cómic de Macedonia destacado en un atril. "Anda, un cómic del tipo de American Splendor" –me dije. Tenía buena pinta y me lo llevé a casa.

Si uno lee un cómic de Harvey Pekar lo más probable es que se encuentre un montón de historias cotidianas, con mala leche y cierto regusto nostálgico. Es ese costumbrismo en el que podemos vernos reflejados cualquiera de los mortales el que hace sus obras geniales, aunque es ese mismo costumbrismo al que hay que saber dar forma de tal modo que resulte interesante. A nadie le gusta observar por un agujero al vecino para descubrir cómo es su miserable y aburrida vida sin que ocurra lo más mínimo interesante en ella... Vale, a algunas personas no nos gusta, y si cotilleamos dentro de la vida de los demás, de sus propias historias, agradecemos que éstas, al menos, estén contadas con gracia. Pekar no ha perdido la gracia, pero quizá se aleje de aquello que esperas encontrar precisamente en uno de sus cómics. En esta ocasión se mete en la piel de Heather, una estudiante de Ciencias Políticas que decide buscar la razón que lleva a los pueblos a meterse de lleno en una guerra o, por el contrario, evadirse de ella; la cuestión más exacta sería: ¿algún país se ha librado de ella? Y esa pregunta le lleva a viajar hasta Macedonia para elaborar su Tesis Doctoral.

Y aunque es Pekar el que llena los créditos del cómic, Heather es también guionista de la obra (sí, Pekar también aparece retratado en algún momento). Las ilustraciones corren a cargo de Ed Piskor, que si bien en una primera hojeada parecen las típicas ilustraciones de cómic underground americano, no hay más que afinar un poco la vista para toparse con la cruda realidad (lo siento, no puedo con esas desproporciones). Claro que quizá no importe demasiado que un personaje tenga el ojo encima de la boca o que tenga un pie desencajado... En cualquier caso a mí me resulta feo.

La trama es probable que te guste si te interesa conocer la historia de los Balcanes y, sobre todo, lo que ocurrió en la extinta Yugoslavia y, más concretamente, en Macedonia. Con esto no quiero decir que a mí no me interese, pero cuando leo un cómic de Pekar espero otra cosa. Las tremendas parrafadas con las que puede llenar una página me hacen pensar que lo ideal quizá habría sido escribir un libro, uno a la vieja usanza, sin dibujicos de las narices, aunque probablemente así habrían perdido buena parte de ventas. En ocasiones me pregunto cuál es la barrera que hace que un escritor se decida por el guión de un cómic y no de una película, o por qué escribe una novela gráfica y no, sencillamente, una novela; y sé que hay respuestas sencillas y complicadas. Si lo que aparece en el cómic es cierto, esto debió ser así: Harvey está preparando un trabajo sobre Macedonia, conoce a Heather antes de su viaje y le pide a que tome notas para poder usar en su trabajo, Harvey recoge las notas y nos cuenta la historia de Yugoslavia hilando la actual situación de Macedonia y con la estancia de Heather. Total, un rollo.


Un botón.

Otro botón.


13 julio 2008

.


En el año 96 se estrenaba “Beavis & Butt-Head Recorren América”, la aventura más redonda de Mike Judge, en la que los protas pierden la tele y, claro, también el juicio. Eran los noventa, nueva época dorada para la MTV y caldo de cultivo perfecto para embobar a la pareja animada. Estoy seguro de que hoy la aventura se habría desarrollado en otros términos, de que Internet habría pateado el culo a la terrible tele que decoraba aquel feo salón. Y aunque las nuevas tecnologías habrían sido más cosa del amigo Stewart, estos dos ya se habrían ocupado de hacerse a los nuevos tiempos.


Sin ir más lejos, Enjuto ha hecho mucho por sacar a la luz lo que ya está ocurriendo en muchos hogares.



Y ahora debo confesar que yo mismo también he pasado por esa terrible experiencia, pero no durante unas horas, no… ¡Ni tan siquiera días! Me refiero que a que durante meses he permanecido alejado de ordenadores y redes. Bueno, todo lo que me han dejado, porque cuando entraba en una casa ajena siempre se sucedían las mismas conversaciones acerca de Internet, mirar el correo, etc., hasta que los agarrones del brazo se hacían tan fuertes que me cortaban la circulación o me tiraban de la silla mientras yo gritaba “¡Si es solo un momento!”


Ahora que todo pasó, que vuelvo a teclear alegremente escuchando el familiar “clic, clic”, es como si mi pasado más inmediato fuera una pesadilla abstracta en la que nada en mi vida cambió. Pero, oh, si cambió… Aunque esa es otra historia.


22 febrero 2008

Ciudades

Leía en un artículo de opinión que es necesario cambiar el coche por la bici si queremos que la ciudad sea de los ciudadanos y no de los automóviles.

Hace ya algún tiempo que la conciencia colectiva parece que golpea con fuerza en diferentes ciudades de la geografía española, como Barcelona o Sevilla, dando cierto peso a la bici, un peso que -podemos aventurar sin temor a equivocarnos- no será mayor que el del coche. Aún falta mucho para acostumbrarse a las líneas del suelo urbano que, en ocasiones, compartimos los viandantes con las bicis, estar atento, no invadir su espacio… En Madrid esa distancia se hace mayor, nuestra tradición ciclista se queda aparcada en casa para disfrutar de la siesta veraniega mientras con un ojo abierto se ve sudar a los pros en la tele. Nuestra ciudad no lo pone fácil, las cuestas, los coches… Y si de lo que hablamos es de reducir el tráfico, las medidas restrictivas, como la de obligar a pagar por aparcar un coche, no hacen sino afianzar las diferencias económicas de unos y otros, decidiendo de antemano que los pudientes tendrán más posibilidades de sacar el coche que los que no tienen un duro. En cuanto a aquellas medidas de vaciar los domingos el centro de la ciudad de automóviles… ¿alguien se acuerda? Parece que ya solo queda tomar las calles.


Sin embargo, creo que pedir la humanización de nuestro espacio vital a estas alturas es una batalla perdida. Los hombres, es nuestra inmensa sabiduría nos hemos encerrado a propósito en una jaula gigantesca. Para comprender un poco más esta visión un tanto catastrofista –aunque no por ello menos realista- de la sociedad actual, solo debemos retroceder en el tiempo a nuestro pasado no tan lejano, cuando las civilizaciones aún andaban en pañales y los hombres se dedicaban a moverse a través del mundo buscando, inspeccionando, preguntando… viviendo, al fin y al cabo. Con la llegada de las ciudades, de los grandes bloques de hormigón, las calles estrechas, las vallas… el hombre se ha encerrado a sí mismo en un auténtico zoológico. Desmond Morris ya avisaba de la gravedad del asunto: la evolución nos ha llevado hasta el masivo encierro en que nos encontramos en la actualidad; en El Zoo Humano se atreve a explicar los males y extrañezas que provoca ese encierro y hacinamiento de los animales humanos y no humanos. Da que pensar, sobre todo si tenemos en cuenta que nuestro encierro es voluntario.

Un botón:

“La alternativa que se les ofrece a los buscadores urbanos de espacio es efectuar breves salidas al campo, y lo hacen con gran energía. En hilera interminable, tocándose unos a otros, los coches emprenden la marcha cada fin de semana, y tocándose unos a otros, en hilera interminable, regresan. Pero no importa, se han alejado, han recorrido una extensión más amplia, y, al hacerlo, han continuado la lucha contra la antinatural angostura espacial de la ciudad. Aunque las abarrotadas carreteras de la moderna supertribu hayan convertido esto en algo semejante a un ritual, todavía es preferible eso que renunciar. La situación es peor aún para los habitantes del zoo animal. Su versión del recorrido de coches en caravana, es el aún más estúpido pasear de un lado a otro del suelo de su jaula. Pero tampoco renuncian. Deberíamos sentirnos agradecidos por poder hacer algo más que pasear de un lado a otro de nuestras habitaciones.”

(extraído de “El Zoo Humano”, de Desmond Morris)

06 febrero 2008

Terminar así

Aguantar estoicamente, acercarse el final y de repente: esta canción. Eso es querer morirse. Morirse.



Come with me
My love
To the sea
The sea of love
I wanna tell you
How much
I love you
Do you remember
When we met
Thats the day
I knew you were mine
I wanna tell you
How much
I love you
Come with me
My love
To the sea
The sea of love

I wanna tell you
How much
I love you...

03 febrero 2008

5 cuentos celestiales


Las lágrimas cristalizan. Con el tiempo. Y la luz. El amarillo ayuda. Y el azul. Y con ellas se pinta el cielo.


Cielo está ahí. Fuera. Mételo contigo. Y verás. Verás cielo. Cielo.


Hay nubes que se resisten y pasan desapercibidas. Con mucho esfuerzo. Pero siempre hay alguien que las descubre y se alimenta de ellas con los ojos. Se tornan grises entonces, y a veces se derraman. Es solo de rabia, por haber sido encontradas.

Al final, las nubes, siempre llaman la atención.


Los pájaros no siempre vuelan con el viento. A veces ajetrean el cielo y le dan una excusa al terremoto dichoso de la mariposa mientras se dejan flotar, mímicos, en el mismo punto. Nadie más lo sabe, pero están bailando con el aire.


Un angelote, cansado, se ha sentado en la luna. “¡Luna, ¿dónde estás?!”, “¿dónde te metes, luna?”. La luna sigue igual, ni mengua, ni crece, ni na, es solo que un angelote cansado se le ha sentado encima.




sin nombre

Cuando se editó "( )" en el año 2002, las canciones nacieron sin nombre. Nadie necesitaba ponerle título a la música. Así se editaron las 8 canciones, solo numeradas.

Después, pudo echarse un vistazo a la web oficial, donde la banda explicaba los títulos "no oficiales" para cada tema; al fin y al cabo, ellos tenían que llamarlos de alguna forma al apuntarlos en el setlist.

Un año más tarde se editaba un single con nombre, donde la maravilla número 1, aquella que abriera el último disco, era bautizada como Vaka. Igual que la hija de Orri, su batería. Este es el vídeo.

Debajo, otra maravilla. Y otra más. Las tres completan el DVD-Sgl.


untitled #1 (a.k.a. vaka)


svefn-g-englar


viðrar vel til loftárása