13 agosto 2006

Temazo...

3 valses modernos







12 agosto 2006

¿Te quieres casar conmigo?


La cirugía estética apesta

A lo mejor no ha sido el quirófano, han sido las drogas, pero a mí me da en la narizota que Christina Amphlett se ha hecho un retoque... Sin duda, cualquier tiempo pasado fue mejor.


Antes:


Después:


09 agosto 2006

El último beso

Cuando acababa el año 2005 me tocó recapacitar sobre mi vida. Le di vueltas a todo lo que me rodeaba y pensé algo que ya escribí por ahí…

“Siempre hay un último beso… SIEMPRE. Para cada uno de nuestros seres queridos y con ellos. Siempre habrá un último beso que demos en una mejilla, en la frente o en los labios. Siempre. Me pregunto cuántas veces hemos entregado un beso sin sospechar que después no habría más. Cuántas veces hemos deseado que ése no fuera el último de todos, pero da igual. Si quieres más, TE JODES… A veces no hay más que hacer.

”Un día, cuando estéis acurrucados entre el pecho de vuestra pareja y ésta deje un pequeño y caluroso beso en vuestra carita, pensad que puede ser el último de todos. Igual que ocurre con los “te quiero”, “hasta luego”, abrazos, sonrisas, miradas, llamadas…

”Tenemos fecha de caducidad y eso me ha puesto jodidamente triste.

”(…) me regodearé en recuerdos, en anillos de compromisos devueltos, en abracitos y caricias, en esos “te quiero” sinceros pero con fecha de caducidad, en todos esos momentos que ya no volverán porque fueron los últimos… Ha sido un año extraño, y quiero hundirme un poquito en la normalidad que nunca he comprendido. Tampoco es verdad pero en fin…"

Hace días volví a pensar en los últimos besos y recordé ese texto… Supongo que hay besos que siempre permanecen, que son eternos, en la memoria, en la carne y en el alma. Y esos son los importantes, tanto o más que aquellos que deseamos pero que nunca llegaron; porque esos besos ansiados también pueden ser eternos, y un día, de ancianitos los recordaremos con un amargo gesto por haberlos dejado pasar de largo, por no haberlos sabido dar en el momento preciso, no haber querido o no haber podido. Es triste dar más importancia al deseo y anhelo que a la realidad vivida, pero ¿de qué nos sirve la fijación en la realidad cuando no hacemos más que evadirnos de ella?

“Aquí estoy. Decides que la eterna adolescencia termina y que es hora de crecer, y crecerás. Entonces todo cambia. Y esta vez cambiará. Tendrás una casa, más grande, con piscina, un garaje para el coche y un jardín muy cuidado. Un porche florido y puertas esmaltadas, un perro al que llamarás Marx y un barco al que llamarás Giulia. Tendrás la salud asegurada, la vida asegurada, una nevera siempre llena para no sentirte pobre. Una alfombra étnica para seguir sintiéndote joven, y ventanas por las que siempre entra el sol. Y entonces tendrás tu familia feliz, unos hijos sanos, y a ella. A ella, que te recordará todas las cosas bonitas que habrás tenido. ¿No es eso lo que siempre has soñado? (…) ¿La felicidad es esto? Yo creo que sí.” *


Afortunadamente, yo creo que no…



* texto de “El Último Beso”.

08 agosto 2006

Breves...









Hombrebotella presenta...


Déjame

En el país de los sueños...

En el país de los sueños se escribe sin manos
Jamás he visto una cara más bonita que la tuya
Esta noche me han cosido a tiros
He oído tus gritos, he soñado contigo
Y hemos resucitado
En el país de los sueños
Con los labios pegados
Como caramelo caliente
Uh, para siempre…

07 agosto 2006

Summertime

En España, durante los años 80, el pop más pijo y el cine más rancio llevaban el apellido Summers. Pero no quiero contar la historia de esta familia, sólo pretendo hacer un repaso a un par de aspectos “oscuros” de su carrera.

Para aquellos que crecimos durante los 80, Hombres G era un grupo que odiabas o amabas. Como yo prefería el terrible jevi metal, por supuesto tenía que odiar a Hombres G, y más me valía no hacer ver lo contrario entre mis amigotes. Daba igual que no gustasen, ya estaban l@s herman@s, o l@s herman@s de los amig@s, para ponerte sus discos, ya estaban las radios y los programas de televisión… Estaba por todas partes. Recuerdo con especial cariño cómo nos colábamos en el cine de verano (yo debía tener unos diez años) y corríamos como locos tapándonos los oídos cuando en el intermedio nos colaban aquella de “Visite nuestro bar”. ¿Para qué querías tener sus discos si los oías allá donde fueras?

Justo cuando el grupo se disponía a empezar con el tercer trabajo, estrenaron su primera película (“Sufre Mamón”), en el año 87. Tocaban el cielo del éxito. Yo me la tragué en el cine, y supongo que muchos de sus detractores también (la sala estaba llena de jevis) y ahora la recuerdo como un producto muy divertido. En aquella película pegaban al grupo, había otro grupo más pijo que ellos (Fiebre Amarilla), aparecen de punkis (cuando se llamaban Los Residuoss), hay una actuación de Antonio y Carmen (“Sopa de amor”)… Eso sí, la historia de la banda se cuenta como les da la gana… Por ejemplo, aunque en la inmensa mayoría de biografías que se pueden encontrar del grupo, se pasa por alto, ¿sabíais que Pepe, el punki, fue un personaje real? Lo recordaréis porque en la peli era el que más molaba, llevaba cresta y tenía un mono; bueno, Pepe es interpretado por un actor, pero su historia fue más o menos como se cuenta en la peli. Hoy es el bajista de Skunk DF, un grupo de chándal metal.


Pepe, el de la peli.


Pepe, el de verdad.

Y ahora vamos con una de “parecidos”… Si Manuel Summers (padre de David) fusiló una idea ajena para su célebre To er mundo é güeno”, su hijo no podía ser menos. El primer disco de Hombres G está plagado de “guiños” y parecidos razonables; de todos ellos, tan sólo atribuyen la autoría a uno de sus creadores: “No Lloraré” aparece acreditada a David Summers y Alice Cooper. Sin embargo, no dice nada del parecido entre “Venezia” (segundo gran rompepistas en cualquier fiesta que se precie por detrás de “Blue Monday”, no falla) y “Centro di gravità permanente”, de Franco Battiato; ni tampoco dice nada de “Dejad que las niñas se acerquen a mí”, absoluto fusilamiento de “Don’t worry baby”, de Beach Boys… En su segundo disco, hacen un pequeño “homenaje” al tema “At the Zoo” de Simon & Garfunkel, con “Marta tiene un marcapasos”; no sé si en los créditos se atribuyen la autoría pero viendo lo que hicieron con su primer disco… Seguramente, su discografía siga con más parecidos razonables, pero hasta aquí podemos leer, que la segunda parte de su carrera me interesa bien poco.

Y ahora, que cada uno juzgue por sí mismo:

Hombres G “Dejad que las niñas se acerquen a mí” (mirad en 10’45’’)

Beach Boys “Don’t worry baby”

Hombres G “Venezia”

Franco Battiato “Centro di gravità permanente”

Hombres G “Marta tiene un marcapasos”

Simon & Garfunkel “At the zoo”

05 agosto 2006

we'll make a lover of you


03 agosto 2006

Para todos los corazones rotos...

Me gustaría pensar que hay solución.



Qué canción más bonita y qué letra más triste...

"What Becomes of the Brokenhearted" (Jimmy Ruffin)

As I walk this land of broken dreams
I have visions of many things
But happiness is just an illusion
Filled with sadness and confusion

What becomes of the brokenhearted
Who had love that's now departed
I know I've got to find
Some kind of peace of mind
Maybe, Oh yeah

The roots of love grow all around
But for me they come a tumbling down
Every day heartaches grow a little stronger
I can't stand this pain much longer

I walk in shadows searching for light
Cold and alone no comfort in sight
Hoping and praying for someone who cares
Always moving and going nowhere

What becomes of the brokenhearted
Who has love that's now departed
I know I've got to find
Some kind of peace of mind
Help me, please

I'm searching though I don't succeed
For someones love their's a growing need
All is lost there's no place for beginning
All that's left is an unhappy ending

What becomes of the brokenhearted
Who has love that's now departed
I know I've got to find
Some kind of peace of mind

I'll be searching everywhere
Just to find someone to care
I'll be looking every day
I know I'm gonna find a way
Nothings going to stop me now
I'll find a way somehow
I'll be looking every day
I know I'm gonna find a way...

01 agosto 2006

¡Rasca, mamá!

Llevo días encerrado en mi casa. He dejado de ir al trabajo. Hasta que no pasaron tres jornadas completas no recibí una llamada que, por supuesto, no cogí. La luz del contestador parpadea sin cesar y cuando oscurece en mi rincón de la habitación, no puedo parar de mirar su rojo. Es curioso…, cuando llevas mirando un rato la luz, cierras los ojos y sigues viéndola, como si te hubieran arrancado los párpados. Pero hoy ha sonado tantas veces, que parecía que la luz iba a saltar del aparato, qué tontería… Lancé el teléfono contra la pared y un pequeño piloto me golpeó en la cara. Sin embargo, ya no me hace recordar que puedo arrancar mis párpados, y eso me tranquiliza.

Creo que fue hace una semana cuando tuve una visita inesperada. Mi ex novia pasaba cerca de casa, descolgó el móvil mientras se movía en su coche y se invitó a verme.

-Como quieras –dije con desgana. De todas maneras, iba a hacer lo que quisiera.

Siempre me ha repateado la gente que no cuenta contigo cuando te incluye en sus planes. Esos que descuelgan el teléfono y te preguntan dónde andas y, a continuación, espetan -sin esperar respuesta- que se presentarán allí mismo en un momento.

Saqué una bolsa que guardaba en el armario desde hacía meses. Al abrirla me sacudió una profunda angustia, un olor a suavizante que se mezclaba con humedad. Sin embargo, no pude dejar de meter la mano dentro para ver de qué se trataba. Una toalla, un cepillo de dientes y un par de discos compactos.

Subió a casa con su viejo par de llaves, sin dignarse siquiera a llamar al timbre y me descubrió tocando sus cosas. Sólo me miró, se acercó rauda –siempre atareada, siempre con prisas- y dejó caer sus labios en mi mejilla. No follamos. Aquella fase en la que la pareja se acaba de romper y se mata a polvos ya pasó hacía tiempo. Creo que ni tan siquiera sentíamos ya ninguna atracción el uno por el otro. Se sentó al borde de la cama y criticó el desorden general. Pensé que lo mejor sería dejar que se explayase, no entrar en confrontaciones, que expusiera todas sus ideas y se largase por donde había venido, con su bolsa. No habían pasado ni cinco minutos y ya me estaba contando con detalle las dos relaciones que mantenía al unísono. Creo que yo sonreía mientras empezaba a salivar. Tuve que ir al baño en mitad de uno de sus apasionantes relatos. Me parece que le dio igual, no paraba de rajar mientras yo dejaba soltar mi angustia sobre el váter. Enjuagué mi boca y mojé mi cara. Cuando levanté la vista me di cuenta de que llevaba un rato callada; permanecía detrás de mí, manteniendo su seria mirada clavada en mis ojos acuosos.

-¿Te encuentras bien?
-No te preocupes, creo que la comida me sent…
-Bien, entonces me marcho. Me alegro mucho de haberte visto.

Se giró dándome la espalda y creo que por primera vez tuve ganas de golpear su cabeza contra el suelo. En lugar de eso, recogí la bolsa.

-Sí, claro. yo también me alegro.
-Vale, de todas formas, te dejo las llaves, ya no las voy a necesitar más. ¿Ésa es mi bolsa?
-Sí, échale un vistazo, tiene una toalla y un par de cosas más…

Sacó la toalla.

-Por Dios, esta toalla huele que apesta. ¡Y no es mía!
-¿Cómo que no es tuya?
-No es mía. No sé a qué clase de gente traes a casa, que van dejando sus toallas por aquí, pero te aseguro que NO-ES-MÍA –deletreó alto y claro.
-De acuerdo, ya se me ocurrirá qué hacer con ella, ten la bolsa.
-Tírala a la puta basura, huele a moho.

Me dio un beso rozándome los labios y prometió que me llamaría pronto para tomar algo. Me quedé de pie sosteniendo la dichosa toalla. Sólo era una toalla, qué más daba… La eché al cesto de la ropa sucia, pero estaba tan lleno, que asomaba entre camisas, calcetines y calzoncillos.

Aquella noche no podía pegar ojo intentando recordar quién había pasado por casa… Yo no soy una persona sociable. Desde que no mantengo una relación estable, sólo ha venido una mujer a casa, una prostituta a la que no me pude follar porque estaba tan borracho que no lograba mantener una erección durante más de diez segundos seguidos. Follar así es muy difícil. Aquella puta no trajo ninguna toalla. ¿Entonces? Me levanté de la cama, encendí un cigarro y abrí la ventana para que se aireara el ambiente cargado. Un gato en celo llenaba el callejón de al lado con sus quejidos. Alguien lanzó algo contra los cubos de basura, creo que desde una ventana, y un par de gatos salieron de entre las bolsas, maullando como posesos sin saber dónde esconderse. Lancé la colilla por la ventana y me senté en el sillón. La puerta del baño estaba abierta y desde mi sitio podía oler la ropa sucia del cesto, pero sobre todo esa mezcla entre suavizante y humedad, moho… Me mojé la cara y recogí la toalla del cesto, secándome con ella. Lijó mi cara. Aquella toalla estaba limpia, pero apestaba. Raspaba mi cara pero olía a suavizante. Quise lanzarla por la ventana pero caí sobre la cama abrazado a ella, sacudiendo mi polla contra su dura tela. Las sacudidas fueron tan violentas que llené mi mano de sangre; era demasiado tarde para parar, cuando mi mano se detuvo en el glande, recibí una última convulsión que lanzó fuera de mí una tremenda eyaculación. Cerré mis ojos y no sé por qué, se me llenaron de lágrimas.

Cuando desperté era mediodía, las lágrimas de mi cara se habían transformado en legañas, y la toalla estaba pegada en mi flácido pene; la sangre y el semen se mezclaban con su color rosa. Despegué la tela despacio, pero aquello dolía. Arrojé la toalla al suelo, me escupí en las heridas de la polla y pensé en lavarme pero entonces sonó el teléfono. Una joven encuestadora habló durante más de un minuto sin preguntarme una sola cosa. Quise ser descortés pero no pude. Respondí quince putas preguntas acerca de ergonomía y cuando me preguntó la edad, me explicó que si no pertenecía al perfil que buscaban… Y no sé qué mas, colgué el teléfono. Fue la última llamada que cogí.

Me senté en el suelo y pisé la toalla con los pies. Raspé mi piel y pegué una patada contra el suelo.

Al tercer día sin comer ni dormir más de quince minutos seguidos, empecé a sentirme inmerso en un sueño constante. Si me movía de una esquina de la habitación a la otra, lo hacía con la toalla enroscada en mi cuerpo desnudo. Me excitaba notar su tejido contra mi piel y yo lo apretaba más y más hasta que la sangre dejaba de circular. Cuando se me dormía algún miembro, lo pinchaba con una aguja, la sangre brotaba y yo no sentía nada, me parecía divertido. Después soltaba el torniquete y entonces sentía escozor. Corrí por un cuchillo, até mis testículos y sentí un dolor punzante en el estómago. Perdí el sentido.

Cuando desperté, mis vómitos habían llenado la toalla. Una deliciosa sensación de suciedad embriagaba mi ser. Ya no ataba mis miembros con la toalla, no era necesario, cortaba con el cuchillo, rajaba, jugaba con la punta…, pero ya no tenía que dormir mis miembros, porque los sentía completamente ausentes a mi cabeza. Mi pene no reaccionaba a mi excitación constante, mis reflejos no movían la pierna si clavaba en ella la punta del cuchillo o apagaba el cigarro contra mi pie…

Empecé a sentir absoluta felicidad por primera vez en mucho tiempo. Tenía todo lo que necesitaba entre mis cuatro paredes, no necesitaba de nadie, sólo de mi ausencia absoluta, mi nariz costrosa que estaba dejando de sentir la diferencia entre la podredumbre de mis basuras, mis propios excrementos o la toalla en la que se mezclaban mis flujos.

Había comprendido que aquella toalla no tenía dueño porque era YO el que le pertenecía.